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En este artículo te voy a hablar de la autodeterminación de lxs niñxs a los «terribles» 2 años y te voy a dar una herramienta para reducir rabietas y mejorar la relación.

Como explico en el artículo “El Proceso de Socialización: ¿Por qué mi pequeñx angelitx se ha convertido en unx Gremlin?”, alrededor de los dos años, lxs niñxs comienzan a desarrollar su autodeterminación, algo esencial para la formación de su autoconcepto.

Este momento pone a prueba nuestra relación con ellxs y nos sumerge de lleno en el acompañamiento del Proceso de socialización.

Acompañar esta etapa no es tarea fácil, y es muy probable que caigamos en la dinámica de “A ver quién puede más”, lo que nos hace perder de vista lo realmente importante. Pasamos a imponer normas, colocándonos por encima, y en consecuencia lxs niñxs, desde abajo, se revelan y confrontan.

Esto puede llevar a dos problemas serios:

  • Pasar todo el día luchando.
  • Que los conflictos escalen de situaciones como “no quiero recoger” a “no quiero comer” o incluso “me escapo”, lo que genera mucha tensión y hace que lxs adultxs pierdan los nervios.

Una herramienta muy útil para manejar estos conflictos es lo que he llamado El Semáforo de las Normas.

  1. Normas rojas: Son prácticamente no negociables y están relacionadas con la seguridad, como no cruzar la calle sin supervisión.
  2. Normas naranjas: Son importantes, pero más flexibles, como el tiempo frente a la televisión o entrar a casa sin zapatos. Estas normas definen cómo debemos comportarnos en diferentes contextos.
  3. Normas verdes: Son expectativas de lxs adultxs, como el recoger los juguetes. Son adaptables y deben ser flexibles para permitir cierta libertad.

No todas las normas tienen el mismo peso.

Algunas se pueden y deben flexibilizar para evitar  que lxs niñxs se frustren al vivir en un mundo lleno de prohibiciones. El miedo a perder el control puede volvernos muy estrictxs, pero confiar en que flexibilizar una norma verde o naranja no va a hacer que se salten una roja es fundamental. De hecho, ocurre lo contrario:

Si lxs niñxs se sienten respetadxs, nos respetarán a nosotrxs y confiarán en que, cuando nos ponemos firmes y estrictxs, es por una razón de peso. Esa es la clave para construir una relación de respeto.

Conclusión: para acompañar esta etapa necesitamos claridad, empatía, confianza y mucha, mucha paciencia.